Cuando una tormenta de hielo azotó Austin en febrero, derribando ramas de árboles y dejando a cientos de miles de personas sin electricidad, la representante estatal republicana Ellen Troxclair se apresuró a ofrecer una solución: una empresa privada.
"Romper el monopolio para permitir a los clientes de Austin Energy que elijan su proveedor de energÃa", mientras continuaban los cortes. "Esto conducirÃa en última instancia a mejores servicios y tarifas y obligarÃa a una gestión más competente".
En los meses siguientes, los habitantes de Austin y el gobierno de la Ciudad se enzarzaron en un debate público a menudo polémico sobre cuestiones como el soterramiento de las lÃneas eléctricas, la revisión de polÃticas de poda de árboles y la mejora de la respuesta en caso de emergencias.
El administrador de la ciudad de Austin y la directora de Austin Energy dejaron sus cargos en medio del revuelo.
Durante ese mismo periodo, Troxclair y otros legisladores conservadores redactaron y presentaron una serie de proyectos de ley contra la empresa pública de la ciudad y, en general, contra la energÃa pública en Texas.
Las propuestas legislativas iban desde la reorganización de la estructura de gestión de Austin Energy hasta el posible desmantelamiento de la empresa, obligándola a vender parte de su infraestructura pública.
Los promotores de los proyectos de ley los han presentado como una forma de mejorar el servicio tras el apagón masivo. Pero muchos expertos advierten que ocurrirÃa lo contrario. Dicen que las propuestas son parte de una larga campaña para debilitar y, en última instancia, privatizar la energÃa pública en Texas, lo que conducirÃa a facturas más altas y un servicio menos sensible.
Una vaca que hay que ordeñar
En lo que respecta a la forma en que la gente obtiene electricidad, Texas es una tierra de contrastes.
Alrededor del 85% de los tejanos -incluidos los residentes de Houston y Dallas- obtienen su energÃa de empresas llamadas "proveedores minoristas de electricidad". Estos minoristas actúan como intermediarios, comprando electricidad a las empresas que la generan y vendiendo los contratos a los consumidores con un margen de ganancias. Esa electricidad se transporta por lÃneas eléctricas propiedad de otra empresa de transmisión y distribución.
Todas estas empresas están reguladas por la Comisión de Servicios Públicos del Estado, y la empresa de transmisión y distribución funciona como un monopolio en las zonas a las que presta servicio. A pesar de ello, este sistema suele denominarse mercado minorista de electricidad desregulado.
El resto de los tejanos obtienen su energÃa según un modelo más antiguo y sencillo. Viven en lugares en los que una compañÃa eléctrica pública o controlada por los consumidores se encarga de todo. Esa empresa suele ser propietaria de todo, desde las centrales eléctricas hasta los postes y cables por los que circula la electricidad.
Los clientes de estas zonas -entre las que se incluyen Austin, San Antonio y regiones atendidas por cooperativas eléctricas rurales- son también los propietarios de la compañÃa eléctrica. No hay minoristas que les vendan energÃa, por lo que no pueden elegir a quién se la suministran.
El hecho de que las empresas de servicios públicos de Texas operen de estas dos maneras es el resultado de un compromiso polÃtico cuando Texas desreguló su mercado eléctrico en 1999. Y desde entonces, algunos partidarios de la desregulación han intentado disolver las empresas públicas de electricidad, a menudo con el apoyo de empresas privadas que podrÃan beneficiarse de la adquisición de nuevos clientes.
Karl Rábago, antiguo comisionado de Servicios Públicos de Texas y ejecutivo de Austin Energy, afirma que las empresas con ánimo de lucro llevan mucho tiempo queriendo controlar las infraestructuras energéticas de propiedad pública, un posible resultado del de la Cámara de Representantes de Troxclair.
"En el pasado [las empresas de transmisión y distribución] querÃan nuestro sistema de distribución porque es una vaca que pueden ordeñar regularmente", dijo Rábago, que ahora dirige el Pace Energy and Climate Center (Centro Pace de EnergÃa y Clima) y trabaja como consultor. "¿Existe la posibilidad de que haya alguien por ahà que esté deseando más y diga: 'Quiero que el territorio de servicio se amplÃe a Austin para poder captar un millón de clientes'? Claro que sÃ".
Rábago dijo que la privatización de la transmisión no se traducirÃa en tarifas más bajas, ya que la empresa de transmisión seguirÃa trabajando para maximizar los ganancias de los clientes, al tiempo que pagarÃa un importante impuesto de franquicia a la ciudad.
¿Quién manda?
No todas las propuestas presentadas en esta legislatura llegarÃan al extremo de obligar a Austin a vender parte de su infraestructura energética. Pero, según los opositores, muchas de ellas reducirÃan el poder de la ciudad para gestionar su propia empresa de servicios públicos.
El senador estatal Charles Schwertner y otros proponen que impedirÃan a las empresas públicas de servicios públicos destinar parte de sus ganancias a gastos municipales como parques, bibliotecas y seguridad pública.
Schwertner afirma que la ley reducirÃa las tarifas. Los defensores de la energÃa pública dicen que elimina un beneficio clave de tener un sistema de propiedad de la ciudad.
"Todas las compañÃas eléctricas compensan a sus propietarios", dijo Mark Dumbrowski, subdirector general de Austin Energy, a un comité legislativo que revisa el proyecto de ley. "Los servicios públicos municipales hacen una transferencia de fondos generales a su ciudad [igual que] los servicios públicos propiedad de inversores pagan dividendos a sus accionistas".
El director de presupuesto de Austin afirma que ese proyecto de ley una suba de impuestos en las ciudades con empresas públicas de electricidad, ya que los gobiernos locales luchan por encontrar nuevas formas de financiar los programas.
Otro proyecto de ley, propuesto por Troxclair, trasladarÃa la gestión de Austin Energy del Consejo de la Ciudad de Austin a un consejo de expertos designados.
. Troxclair dice que conducirÃa a una gestión más competente de los servicios públicos. Los opositores dicen que debilitarÃa la participación ciudadana en asuntos como los programas de asequibilidad y la polÃtica de energÃas renovables.
Otro , del senador estatal republicano Kelly Hancock, permitirÃa a pequeños grupos de clientes de Austin Energy protestar por sus facturas eléctricas ante la Comisión de Servicios Públicos del estado (PUC, por sus siglas en inglés), algo que, según los crÃticos y los representantes de la PUC, podrÃa empantanar las operaciones de la empresa en trámites burocráticos.
En el corazón de muchas de estas propuestas está la idea de que la Comisión de Servicios Públicos de Texas, la agencia estatal que regula a los proveedores minoristas de electricidad, es un organismo de supervisión más receptivo y eficaz que los gobiernos locales.
Después de que el estado desregulara su mercado, "la Comisión de Servicios Públicos fue capaz de responder a los clientes que tenÃan tarifas demasiado altas o un servicio pésimo", dijo Troxclair en una entrevista con KUT antes de presentar sus proyectos de ley centrados en Austin Energy.
"Los clientes de Austin Energy no tienen nada de eso".
Otros no comparten una evaluación tan optimista de la trayectoria de la PUC cuando se trata de ayudar a los contribuyentes. Dicen que no está claro cómo la supervisión estatal habrÃa preparado mejor a Austin para la tormenta de hielo del invierno.
Un reciente informe estatal sobre PUC describÃa un organismo excesivamente dependiente de la industria (llamados "participantes en el mercado") a la hora de tomar "decisiones estratégicas que afectan a todo el estado".
"Los participantes en el mercado tienen intereses privados que proteger, que pueden estar reñidos con el interés público más amplio de proporcionar electricidad fiable a todos los tejanos",
El mismo informe también señala que PUC tiene carencias en materia de comunicación pública, acceso público y transparencia. Los legisladores estatales están elaborando un plan que aborda algunos de los hallazgos, aunque no todos.
En Austin, incluso algunos de los que reconocen deficiencias en la preparación y respuesta de la ciudad a la gran tormenta de hielo dicen que preferirÃan que la supervisión de los servicios públicos siguiera siendo local.
"Sólo los grandes intereses económicos que pueden contratar abogados para intervenir en la [Comisión de Servicios Públicos] estarÃan dispuestos a hacerlo. No la gente normal y corriente", dijo Cyrus Reed, del Lone Star Chapter of the Sierra Club, en su testimonio en la Asamblea Legislativa contra el
Reed forma parte de la Junta de Supervisión de Servicios Eléctricos de Austin y critica con frecuencia las polÃticas de Austin Energy.
El costo
Al final, gran parte del debate sobre el futuro de Austin Energy se reduce al grado de confianza de la gente en el mercado energético de Texas.
"Creo que el mercado competitivo suele aportar más responsabilidad y transparencia", afirma Troxclair.
Los opositores no están de acuerdo. Y advierten que la apertura de Austin a la competencia minorista traerá consigo casi con toda seguridad facturas de luz más altas.
Austin Energy ha subido recientemente sus tarifas eléctricas. Pero la empresa afirma que sus clientes siguen pagando, en promedio, entre un 17% y un 34% menos por kilovatio hora de energÃa que los clientes de zonas de Texas con desregulación eléctrica minorista.
"Creo que lo que ocurrirÃa es que la cantidad que los ciudadanos de Austin pagan por su electricidad subirÃa lentamente para equilibrarse con el resto del mercado" si Austin perdiera su empresa pública, dijo Rábago.
Según Rábago, otra forma de ahorrar que tienen los clientes de Austin Energy es simplemente consumiendo menos energÃa, gracias a los programas de eficiencia energética, los incentivos y los descuentos. Estos programas no son tan frecuentes en el mercado minorista competitivo de Texas, que se nutre de vender más energÃa a más gente.
Austin Energy "ha aprovechado una inversión en eficiencia energética", dijo Rábago. "Eso es evidente para quienes quieren pasar decenas de miles de millones de dólares de sobrecosto a los consumidores de Texas".
Traducido por MarÃa Arce