Hablando por teléfono desde su tractor en el condado de Colorado (Texas), Craig Gutman dijo que no le sorprendió oÃr que este año no habrÃa agua disponible para los arroceros como él.
"Me lo esperaba. Hemos estado observando los niveles de los lagos", dijo, refiriéndose a los Highland Lakes.
Los lagos se encuentran a más de 100 millas de su granja, aguas arriba del rÃo Colorado. Son los embalses que suministran agua no sólo a Austin, sino también a la agricultura y la industria rÃo abajo.

Desde que la sequÃa se hizo sentir el verano pasado, los embalses se han agotado lo suficiente como para provocar un corte automático del suministro a los agricultores que tienen contratos de agua "interrumpible" con la Autoridad del Bajo RÃo Colorado (LCRA, por sus siglas en inglés), la agencia que gestiona los embalses.
Estos cortes comenzaron el pasado mes de julio y la LCRA anunció el jueves que continuarán este año.
"El Plan de Gestión del Agua de la LCRA, aprobado por el Estado, exige cortar el agua de Highland Lakes a los clientes agrÃcolas... en función de la intensidad y duración de la sequÃa", señaló la agencia en un comunicado de prensa.
Ese plan de gestión del agua se adoptó después de una sequÃa en 2011, que sigue siendo la
Al principio de esa sequÃa, el agua enviada rÃo abajo para la agricultura . Fue tan escaso que algunos temÃan que pusiera en peligro las reservas de ciudades como Austin, con contratos de agua en firme.
"En épocas calurosas y secas como ésta, el plan exige reducir el suministro de agua a los clientes interrumpibles para que la LCRA pueda seguir satisfaciendo las necesidades de las ciudades, las empresas y las industrias", dijo en el comunicado John Hofmann, vicepresidente ejecutivo de agua de la LCRA.
Gutman afirma que algunos agricultores de su zona utilizarán el agua subterránea para seguir cultivando arroz, pero decenas de miles de hectáreas quedarán sin cultivar este año. El problema se agrava por el hecho de que un nuevo que se construyó tras la sequÃa de 2011 para ayudar a los agricultores aún no está en funcionamiento.
"Cuando lo estaban llenando, el agua volvÃa directamente al rÃo", explica. "Están tratando de sellarlo y revestirlo ... para que esa cosa retenga el agua y haga lo que se supone que debe hacer".
Según dice, el seguro de cosechas deberÃa suavizar el golpe para los propietarios de unas 250 granjas de arroz que cultivan aproximadamente 160,000 acres de tierras de cultivo cerca de la costa del Golfo de Texas. Pero el resto de su comunidad no tiene un seguro al que recurrir.
"Las industrias de apoyo son las que realmente van a sufrir", afirma. "Son nuestros servicios de vuelo, nuestras empresas quÃmicas, nuestras empresas de semillas, nuestros secaderos de arroz, y simplemente la economÃa local va a recibir un golpe muy, muy duro".
"Todo empieza con el arroz�, dijo. “Y el arroz necesita agua".
El cultivo del arroz es extremadamente intensivo en el uso del agua, tanto que muchos se han preguntado si la industria sobrevivirá en Texas, ya que la escasez de agua continúa y la demanda de agua crece.
"Para ser realmente sincero", dijo Gutman, "es una gran preocupación en esta zona".
Traducido por MarÃa Arce