Los fines de semana en la Escuela Episcopal Trinity de Austin son diferentes estos d铆as.
Dentro de uno de los edificios del campus, un domingo reciente, hay un grupo de padres y alumnos. Se r铆en entre ellos.
La mayor铆a de ellos son ucranianos que ahora viven en Austin tras huir de sus hogares a causa de la guerra en su pa铆s.
"Es incre铆ble tener una comunidad as铆 aqu铆 en Austin", dice Katya Sazonova, una de los padres. "El apoyo que todo el mundo me est谩 dando... es simplemente inestimable".
La comunidad a la que se refiere Sazonova es la Escuela Ucraniana de Austin, una escuela especial creada a principios de este a帽o para ayudar a los ni帽os refugiados y a sus padres a aclimatarse a Texas.
Sazonova y sus dos hijos forman parte de los millones de personas que han sido expulsadas de Ucrania debido a la guerra actual. Los que han salido de Ucrania han buscado refugio en otros pa铆ses, incluido Estados Unidos.
Entre los refugiados que han acabado en Austin hay ni帽os en edad escolar. Para ayudarles en la transici贸n, un grupo de ucranianos cre贸 una escuela para ellos que se re煤ne los domingos.
Natalya Garryshko ayuda a dirigir la escuela y le dijo a The Texas Newsroom que ha permitido a los j贸venes ucranianos salir de sus burbujas.
"Los ni帽os est谩n un poco aislados en casa. No pueden hacer amigos con ni帽os estadounidenses porque no hablan nada de ingl茅s", dijo Garryshko. "As铆 que decidimos que ser铆a una buena oportunidad para abrir la Escuela Ucraniana".
Garryshko, que tambi茅n es profesora, dijo que la escuela tambi茅n ofrece oportunidades para que los padres se conozcan y creen una comunidad en Austin.
La guerra, los alumnos y los profesores
La Escuela Ucraniana se financia principalmente con donaciones y el apoyo de una organizaci贸n sin 谩nimo de lucro.
En ella, los alumnos participan en clases de ingl茅s y de lengua ucraniana, as铆 como de artesan铆as, y aprenden programaci贸n inform谩tica.
Recientemente, los estudiantes fueron a Killeen para un campamento de tres noches en el
Vironika Makhova, de 11 a帽os, dijo que su clase favorita fue la de lengua ucraniana.
"Me gusta mucho estar aqu铆 porque puedo hablar ucraniano, no ingl茅s", dijo Makhova.
Lleg贸 a Austin con su madre a principios de este a帽o despu茅s de pasar por Polonia, Francia y San Francisco. Su padre tuvo que quedarse en Ucrania luchando. Esta experiencia, en cierto modo, la ha ayudado a comprender la importancia de aprender su idioma, dijo.
"Cuando dicen que la lengua ucraniana es importante, s铆 lo es, porque es nuestro poder, ya que otros rusos no saben ucraniano, as铆 que no saben lo que est谩s diciendo", dijo Makhova.
Aunque los profesores intentan evitar hablar de la guerra, es dif铆cil no pensar en ella, especialmente para los ni帽os mayores.
Makhova tiene un v铆deo en su tel茅fono tomado por su padre de su departamento.
Su habitaci贸n parece tener agujeros de bala en las paredes. Algunas de sus pertenencias fueron trasladadas a una habitaci贸n de invitados.
Cuando se le pregunta por lo que m谩s le gusta de Ucrania, Makhova se pone algo seria.
"Hablar con mi verdadero padre -que se queda en Ucrania- los fines de semana", dice, conteniendo las l谩grimas.
Hanna Mendyuk es una de las profesoras de Makhova. Ella tambi茅n se ha visto directamente afectada por la guerra.
"El batall贸n de mi cu帽ado fue alcanzado por un ataque con misiles hace como cinco semanas", dijo Mendyuk. "Sobrevivi贸".
Pero cada d铆a que suena su tel茅fono, le preocupa que sea una llamada con malas noticias sobre su cu帽ado, su hermana o un ser querido que a煤n est茅 en Ucrania.
Un espacio seguro
Garryshko, uno de los l铆deres de la escuela, dijo que evitan hablar de la guerra en el colegio debido a lo sensible que es el tema para muchos estudiantes.
"No sabemos la situaci贸n de cada ni帽o, lo que pas贸. Tal vez alg煤n padre muri贸 en la guerra, tal vez algunos tienen un padre que se qued贸 en Ucrania porque no puede salir del pa铆s", dijo Garryshko. "As铆 que intentamos que este lugar sea m谩s bien un lugar feliz para ellos".
Y crear un espacio seguro para estos estudiantes se ha convertido en algo terap茅utico para algunos de los voluntarios y profesores como Mendyuk.
"Puedo hablar por todos nosotros... nos muy sentimos culpables, nuestras familias est谩n ah铆", dijo Mendyuk. "驴Qu茅 se hace con un sentimiento as铆? Hacemos lo que podemos. Hacemos esto".
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