En las décadas de 1920 y 1930, algunos de los programas de radio más populares de los Estados Unidos incluÃan a psÃquicos en su programación. Los más exitosos llegaron a ganar cientos de miles de dólares leyendo mentes y prediciendo el futuro de sus ansiosos radioescuchas.
El autor John Buescher, de Georgetown, se sumergió profundamente en esta parte de la historia en su libro �. Buescher le dijo a Texas Standard que muchos de estos programas se originaron en estaciones fronterizas conocidas como estaciones bláster, que estaban ubicadas en ambos lados de la frontera Texas-México para evitar cumplir con regulaciones.
Esta transcripción se ha editado ligeramente para mayor claridad.
TEXAS STANDARD: ¿Por qué es que la radio llegó a ser un medio tan propicio para lo sobrenatural?
John Buescher: Lo fue porque durante varias décadas hubo mucha especulación sobre la tecnologÃa de la radio, incluso antes de que se lanzara la radio comercial, a principios de la década de 1920. Mucha gente veÃa la tecnologÃa como una especie de fuerza mÃstica invisible que eventualmente permitirÃa incluso cosas como la telepatÃa y la lectura mental universal.
Entonces, ¿quiénes eran estos psÃquicos de la radio?
En realidad, estos eran en su mayorÃa hábiles magos de vodevil que comenzaron a hacer esto en escenarios, en vivo. Era un tipo de especialidad dentro del mundo de la magia que no involucra hacer trucos.
¿Por qué es que Texas se convirtió en la capital de los radio psÃquicos?
A lo largo de los años 20 y principios de los 30, el gobierno federal hizo todo lo posible para sacar a estas personas del aire. Algunos empresarios, el Dr. John Brinkley, por un lado, y Normal Baker por el otro, decidieron, bueno, si no nos dejan salir al aire en Estados Unidos, simplemente bajaremos a la frontera y estableceremos enormes estaciones de radiodifusión allá abajo. Los estudios estarÃan en el lado de Texas y los transmisores estarÃan en el lado mexicano apuntando hacia el norte.
La estación más famosa estaba ubicada en Del RÃo, pero también habÃa una en Eagle Pass, otra en Laredo, otra en McAllen, en El Paso y un par en Brownsville. Algunas de estas estaciones eran consideradas entre las más prominentes a nivel internacional. La estación en Del Rio, XERA, llegó a transmitir un millón de watts. Con eso, esencialmente, se podÃa transmitir en todo el continente.
Tu libro documenta la historia de unas pocas docenas de radio psÃquicos. ¿Hay alguno que te llamó la atención en particular?
Hubo un par de psÃquicos, marido y mujer, que transmitieron desde XERA. Uno se llamaba “Koránâ€�, o al menos ese era su nombre artÃstico; su verdadero nombre era William Perry Taylor. SolÃa estar en XERA prácticamente todos los dÃas y aceptaba cartas de personas e intentaba responderlas. Su esposa se llamaba “Rose Dawnâ€�, al menos ese era su nombre artÃstico. Ella se especializaba en astrologÃa. Él se especializaba simplemente en la lectura mental, y creo que podrÃamos decir que era como un consejero de cierta manera. Quizás puedas imaginarte a Ann Landers con música espeluznante detrás de ella. Hizo cientos de miles de dólares.
Él decÃa, bueno, envÃen sus preguntas y las responderé gratuitamente. Pero, por supuesto, sólo alcanzaba a responder seis o siete preguntas durante su programa. Asà que creo que para sacarle jugo, la mayorÃa de la gente le enviaba un dólar o dos. Pasó mucho tiempo en Texas. No era solo un visitante. Compraron una propiedad en Bandera. Se llamaba Mayan Dude Ranch. Koran se convenció a sà mismo sobre sus poderes psÃquicos y creÃa que cualquiera podÃa desarrollarlos. Por alguna razón, muchos de estos psÃquicos de la radio, que fueron apodados como grupo, “Los Spooksâ€�, se jubilaron en Texas. Koran y Rose Dawn se jubilaron en San Antonio, junto con algunos otros. Texas fue realmente, como dijiste, la zona cero de todo este trabajo.
¿Por qué y cómo disminuyó la prevalencia de los radio psÃquicos?
Creo que desapareció por su modelo de negocio en sÃ, simplemente no se podÃa mantener una operación de un millón de vatios indefinidamente. Los propietarios de estas estaciones se metieron en problemas de distintas maneras y finalmente tuvieron que renunciar a las estaciones. Otra razón es, creo yo, que el acto en sà se volvió cada vez menos creÃble. Pero no es algo que haya sido eliminado por completo. Cuando finalmente los echaron del aire, muchos de ellos regresaron y continuaron viajando, de gira ante audiencias en vivo.
¿Por qué te decidiste dedicar a la investigación de la contribución de los radio psÃquicos a la historia de la radio y compartirla con los demás?
Realmente es algo que los historiadores de la radio han descuidado. Era una gran parte de la vida cotidiana de la radio. Si uno encendÃa la radio, no habÃa forma de evitar escuchar a una de estas personas. Más de 250 estaciones locales en los Estados Unidos estaban transmitiendo estos programas entre mediados de los años 20 y mediados de los años 30. Creo que los historiadores le tenÃan miedo al tema, o simplemente lo descartaron como una cosa extraña. Pero una de las cosas que muestra el libro es lo importante que fue esto, no solo como negocio en sÃ, sino para la creación de protocolos en la Comisión Federal de Comunicaciones (o FCC por sus siglas en inglés) con el fin de obtener poder regulatorio para expulsar a estas personas del aire.
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Traducido por Carola Guerrero de León.